Charlas entre mis personajes II
A veces hablamos unabsichtlich en alemán
por Talita—Was machst du denn? —sagte Juan.
—Ich? Was machst DU denn?? —beantwortete Oni.
—Was macht ihr beide! Oh, Gott. Ich auch! Wir sprechen alle auf Deutsch! —sagte Nené—. Unglaublich.
—Naja —sagte Juan—, zumindestens verstehen wir uns…
—Ich will kein deutsch sprechen! —beklagte sich Oni— Ich liebe meine Sprache! Hörst du mir, Talita?
—Dejala, es el estrés. ¡Epa! Ahí tá, te debe haber escuchado nomás —dijo Juan.
—¿A ver? —dijo Oni—. Ah, sí. Gracias.
—Es que es mucho, che —se compadeció Nené.
—Guck mal, guck mal! —sagte Alfredo plötzlich—. Ich kann Deutsch!
—Ja, ja, wir wissen's schon. Scheiß! —sagte Oni, als er merkte, dass er wieder auf Deutsch gesprochen hatte.
—Du auch? Heck. Ich dachte, ich war der Einzige.
—Mach keine Sorge —sagte Nené—, du sprichst besser als wir. Außerdem, Oni mag das Deutsch nicht. Also, er zählt nicht.
—Naja —sagte Alfredo ein bisschen enttäuscht—, ich kann mich vorstellen.
—En cualquier caso —dijo Oni—, ¿adónde te habías metido?
—Ich war mit der Vorbereitung beschäftigt —antwortete Alfredo.
—Welche Vorbereitung? —fragte Juan— Die Prüfungsvorbereitung?
—Äh? —fragte Alfredo verwirrt—. Die Kuchenvorbereitung.
—Achso! Du hast Recht, heute ist der 21. September! —sagte Nené.
—¡Es verdad! —dijo Oni— ¿Dónde está Martita?
—Ya está preparando el Lemon Pie —contestó Alfredo.
—Wunderbar —sagte Juan—. No sé dónde tenemos la cabeza, ¿cómo nos olvidamos de esta manera?
—¿Que cómo nos olvidamos? ¡De la misma forma en que ella se olvidó de nosotros! —dijo Oni.
—No me olvidé —dijo Talita—, nomás estoy ocupada con otras cosas.
—Mmh —masculló Oni después de un pequeño silencio—, ocupada dice.
—Sí, señor. Ocupada digo. Ya sabés que tengo el examen esta semana. Y que tengo que trabajar y prepararme para las prácticas.
—Ya, ya. No hace falta que te expliques. Todos sabemos a qué preferís dedicarte.
—Oni.
—No, no, tranquila. Hacé lo que quieras, no tenés que rendirle cuentas a nadie.
—¡Oni!
—…
—No te empaques Oni —dijo Alfredo.
—Ah, pero cómo, ¿no hablás más en alemán?
—Dale Oni, que es el cumple —dijo Nené.
—Oni, te prometo que cuando esté más tranquila vuelvo a escribir.
—…
—Vuelvo a escribir en serio.
—¿De verdad verdad? —preguntó en voz bajita.
—De verdad verdad. Prometido.
—Bueno —contestó Oni en un susurro.
—¡¡FELIZ CUMPLE!! —gritó Martita haciendo dar a todos un respingo—. Feliz cumple —repitió ofreciéndome la tarta recién sacada del horno.
—¿Qué hacés? —dijo Juan.
—¿Yo? ¿Qué hacés VOS? —respondió Oni.
—¡Qué hacen los dos! Ay, dios. Yo también. ¡Hablamos todos en alemán! —dijo Nené—. Increíble.
—Bueno —dijo Juan—, al menos nos entendemos…
—¡Yo no quiero hablar en alemán! —se quejó Oni— A mí me gusta mi idioma. Escuchás, Talita?
—Dejala, es el estrés. ¡Epa! Ahí tá, te debe haber escuchado nomás —dijo Juan.
—¿A ver? —dijo Oni—. Ah, sí. Gracias.
—Es que es mucho, che —se compadeció Nené.
—¡Miren, miren! —dijo Alfredo apareciendo—. ¡Hablo alemán!
—Sí, si, ya sabemos. ¡Mierda! —dijo Oni al darse cuenta de que estaba hablando otra vez en alemán.
—¿Vos también? Pucha. Pensaba que yo era el único.
—No te preocupes —dijo Nené—, hablás mejor que nosotros. Además, a Oni no le gusta, así que él no cuenta.
—Ya —dijo Alfredo algo decepcionado—, me imagino.
—En cualquier caso —dijo Oni—, ¿adónde te habías metido?
—Estaba ocupado con la preparación— respondió Alfredo.
—¿Qué preparación? —preguntó Juan— ¿La preparación para la prueba?
—¿Qué? —preguntó Alfredo confuso—. La preparación de la torta.
—¡Tenés razón! ¡Hoy es 21 de Septiembre! —dijo Nené.
—¡Es verdad! —dijo Juan— ¿Dónde está Martita?
—Ya está preparando el Lemon Pie —contestó Alfredo.
—Bárbaro —dijo Juan—. No sé dónde tenemos la cabeza, ¿cómo nos olvidamos de esta manera?
—¿Que cómo nos olvidamos? ¡De la misma forma en que ella se olvidó de nosotros! —dijo Oni.
—No me olvidé —dijo Talita—, nomás estoy ocupada con otras cosas.
—Mmh —masculló Oni después de un pequeño silencio—, ocupada dice.
—Sí, señor. Ocupada digo. Ya sabés que tengo el examen esta semana. Y que tengo que trabajar y prepararme para las prácticas.
—Ya, ya. No hace falta que te expliques. Todos sabemos a qué preferís dedicarte.
—Oni.
—No, no, tranquila. Hacé lo que quieras, no tenés que rendirle cuentas a nadie.
—¡Oni!
—…
—No te empaques Oni —dijo Alfredo.
—Ah, pero cómo, ¿no hablás más en alemán?
—Dale Oni, que es el cumple —dijo Nené.
—Oni, te prometo que cuando esté más tranquila vuelvo a escribir.
—…
—Vuelvo a escribir en serio.
—¿De verdad verdad? —preguntó en voz bajita.
—De verdad verdad. Prometido.
—Bueno —contestó Oni en un susurro.
—¡¡FELIZ CUMPLE!! —gritó Martita haciendo dar a todos un respingo—. Feliz cumple —repitió ofreciéndome la tarta recién sacada del horno.