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Las aventuras de Yanpól, el Tiflin Nivel 1

Parte II

por Talita

–¡Corra Soberbio, corra! –gritó Yanpól saliendo por una de las puertas laterales de la bóveda.

–¡Pero Yanpól! –dijo Soberbio mirándolo estupefacto. –¿Cómo es que va usté así por la vida?

–¡Que corra le digo! –repitió arrastrándolo del brazo. –Me ha visto sólo uno, pero se puso a dar voces como si no hubiera mañana.

–No me extraña, no se anda encontrando uno con tiflines en pelotas muy seguido. Por aquí –dijo señalando el camino que había marcado como seguro. –¿Y? ¿Encontró algo?

–Un pergamino –dijo Yanpól sacando un rollo arrugado de no se sabe muy bien dónde.

–¡Un pergamino! –repitió el enano ahogando un gritito de excitación. –Déme.

–Pero no se detenga, hombre, que estarán todavía detrás nuestro.

–Está… resbaloso –dijo Soberbio tomando una punta del rollo entre índice y pulgar y manteniéndolo a una distancia prudente de la cara. –¿Me va a contar de una vez cómo consiguió meterse en la bóveda? –preguntó levantando la mirada hacia Yanpól.

–Que sí, que sí –contestó el tiflin arrebatándole el pergamino–, pero cuando nos pongamos a cubierto. ¿No me prestaría la capita? Yo después se la lavo.

–Mpff… –refunfuñó el enano mirando el extraño brillo que tenía hoy su compañero. –Venga, va. Aunque lo que más llama la atención es lo que se le ve por delante, que lo sepa.

–Bueno, bueno –dijo Yanpól entre tímido y orgulloso–, eso es también herencia familiar.

–Respeto –contestó Soberbio haciendo una pequeña inclinación de cabeza. –Vaya usted primero amigo, que mi capa le da +2 a todas las defensas.

–¿Más 2? ¡Pero qué dice! –exclamó Yanpól parándose en seco.

–Sí, señor. Se la sisé a un gnoll que andaba solo y desprevenido.

–¿Enfrentóse usted con un gnoll? ¿Un gnoll que usaba una capa +2?

–Bueno, para ser justos, se la saqué mientras se bañaba. ¿Sabía usted que los gnolls eventualmente se bañan?

–¿Y sabía usted que no tenemos Nivel suficiente para usar esta capa?

–Qué me cuenta.

–Que no podemos usar objetos que tengan más de cinco Niveles de diferencia…

–¡Shh! –dijo Soberbio haciendo un gesto con la mano. –Alguien se aproxima.